El pasado 8 de agosto un avión de Aeroméxico, procedente de Monterrey,  no pudo aterrizar al primer intento porque una aeronave de otra compañía aún no dejaba libre la pista, fue entonces cuando el capitán regresó al aire segundos antes de tocarla.
 
Si el piloto no hubiese realizado dicha maniobra la amenaza de un accidente en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) se hubiera cumplido.
 
La saturación que vive el aeropuerto en aire y tierra y la velocidad con la que la ciudad se ha comido los terrenos de reserva que tenía para crecer y garantizar que en caso de accidente no haya daños graves, elevan la probabilidad de un incidente.
 
“la viabilidad de encontrar espacios y terrenos lo suficientemente alejados de las ciudades como para no significar un riesgo, pero lo suficientemente cercanos como para no hacerlo inviables, es muy baja, ya no hay espacios para construir aeropuertos".
 
“El problema es que a los aeropuertos no les han respetado los espacios geográficos que les permitía estar protegidos contra los despistes”, advirtió Juan Antonio José, especialista del sector. Aseguró la posibilidad de que ocurra un despiste que como el del pasado 17 de julio en Congonhas de Brasil, puede repetirse en el país si se continúa operando en las actuales condiciones.
 
En ese accidente, en el que murieron 187 pasajeros y tripulantes y 12 personas en tierra, se demostró las deficiencias de la aviación brasileña, pero también la importancia de que los aeropuertos tengan terreno de reserva para crecer.
 
Sobre el tema, el especialista Fernando Gómez Suárez comentó que la posibilidad de un despiste se incrementa cuando en los aeropuertos se construyen pistas con baja calidad en materiales.
 
También destacó que no hay una limpieza adecuada de éstas, que existe un deficiente drenaje y las presiones financieras de las empresas que obligan a sus pilotos a aterrizar en condiciones de peligro, como frecuentemente ocurre en el AICM.
 
Tan sólo las dos pistas que tiene se hunden 10 centímetros al año, De hecho, hasta el 2006 se comenzó a atender el sistema de evacuación  de la precipitación pluvial, ya que en varias partes de la pista hay pequeños encharcamientos que podrían provocar un accidente.
 
Además de que con las obras de la Terminal 2 una de las pistas sufrió un recorte ya que el tren inter terminales significa una barrera para el descenso de los aviones por lo cual requieren utilizar más la pista para aterrizar.
 
Destacó el experto que la única reserva que tiene el aeropuerto se ubica en la parte norte, ya que el resto se pobló.
 
En caso de un despiste, mencionó, los daños serían graves pues hay importantes avenidas cerca de la Terminal aérea y cientos de conjuntos habitacionales.
 
En el AICM, los aviones han aterrizado en Zaragoza, Lázaro Cárdenas.
 
Esta situación se padece en otros aeropuertos del país como el de Culiacán, donde en julio pasado se despistó una aeronave de carga y llegó hasta la carretera, cobrando la vida a nueve personas.
 
El aeropuerto de Mérida también será removido ya que las autoridades aeronáuticas reconocen que es inseguro tenerlo en medio de la ciudad.
 


Publicado por AeroLatinNews