por Eliseo Sequeira
El fenómeno de El Niño no es nuevo. Fue descubierto por los
colonizadores en el siglo XV, y su época de mayor impacto es entre
noviembre y febrero. Se refiere a un calentamiento excesivo de las
aguas oceánicas frente a las costas del Perú (básicamente de ahí hasta
el meridiano de cambio de fecha, y entre los paralelos 10º N y 10º S).
Su efecto es el retiro de los cardúmenes de peces y por consiguiente de
las aves de las costas, y la ocurrencia de lluvias intensas, que por
efecto de la orografía provoca grandes concentraciones de agua en poco
tiempo y los consiguientes deslaves.
Es pura y simple física.El nombre de El Niño se generó a partir de la época de ocurrencia y que esos efectos significaban que los
indígenas veían menguadas sus fuentes de alimentos y destruídas sus viviendas. A los monjes no se les ocurrió otra que decirles que era un castigo del Niño Jesús
Prevención versus informaciónEl fenómeno que ocurrió en Machu Picchu no se debe a una época de lluvias sino a un fenómeno particular que no ocurre todos los años. No puede ser predicho con la suficiente anticipación como para cortar el flujo hacia y evacuar desde el lugar.
Lo que queda es informar a las personas que el riesgo de ocurrencia de este tipo de hechos se ha incrementado.
Y será cada cual que decida si está dispuesto a enfrentar dicha situación.
No olvidemos que hay Turismo Aventura y amantes de situaciones extremas.
Quién y cómo dar esta información? Estimo que las autoridades y los medios de comunicación, en forma clara y profesional. Y creo que también los operadores turísticos deberían de disponer de este tipo de información. Pues hechos de esta naturaleza no son exclusivos del Perú. Recordemos los daños en el sureste de EEUU y la zona caribeña en época de huracanes, o lo mismo en el sureste asiático e Indonesia debido a los monzones.
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