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Domingo, 31 Mayo 2009 19:07

Tiempo de planificar

por Eliseo Sequeira
Fue una agradable sorpresa recibir la invitación del Portal de  América para ser columnista. Y aceptarla implica un compromiso no menor, pues me obliga a sacarle punta al lápiz, cosa que no hacía desde que me retiré de la Dirección Nacional de Meteorología.


Y es precisamente sobre el tiempo atmosférico que trata el tema de planificar, y no del cronológico. Por qué? Porque TODAS las actividades del ser humano están influídas por el tiempo atmosférico, y hay que adaptarlas a su variabilidad para hacerlas lo más placenteras y productivas posibles.

Que hay fenómenos adversos? por supuesto. Pero si nos detenemos a analizar son pocos, pues en la mayoría de los días, un evento meteorológico considerado como beneficioso para un sector económico, es visto como adverso para otro.

Y aún puede suceder que el mismo evento pueda ser considerado de una u otra forma por el mismo sector, según el momento que ocurra.

Durante más de 20 años debí ayudar a resolver problemas vinculados a situaciones atmosféricas específicas, y no sólo del área agropecuaria y forestal.
 
Siempre integrado a equipos multidisciplinarios que trabajaron por la positiva, aportando cada quien su conocimiento, experiencia e ideas, analizando sin prejuzgar, y obteniendo resultados.

A continuación menciono dos ejemplos, pero conste que hay otros muchos, incluídos los de fuera del sector agropecuario, que también obtuvieron resultados positivos.

A fines de la década del 80, el sector vitivinícola estaba en una profunda crisis.

El Instituto Nacional de Vitivinicultura no se quedó quieto, sino que planificó y ejecutó una profunda reestructura en base a tres variables: clima, variedades y mercado.

Hoy vemos el éxito de esa reestructura: se redujo en un 90% las pérdidas por heladas, tenemos al Tannat como la variedad insignia y hemos conquistado con nuestros vinos los mercados más exigentes. Del punto de vista económico y social, se salvó a un sector que representa millones de dólares al año y miles de
puestos de trabajo directos.

   
También a fines de los 80, viendo las pérdidas de ovinos recién esquilados por fenómenos meteorológicos adversos, a un productor de Durazno, el Ing. Agr. Mackinon, se le ocurrió proponer un servicio de advertencia que redujera las mismas.

Diez años después, con los precios y el rodeo de aquel momento, se pudo demostrar que el servicio, que al Estado le costaba unos U$S 10.000 al año, al sector ovino le ahorraba U$S 1:200.000 al año.

 La diferencia me exime de comentarios.

Estos dos ejemplos muestran que se pueden lograr resultados positivos vinculados al tiempo atmosférico (o clima si les queda más fácil). En el Transporte hay experiencia. El sentido común me indica que en el Turismo hay mucho para hacer. Y las ideas pueden venir de organizaciones, o de los directamente afectados.

Sólo resta tirarlas arriba de la mesa, y estar dispuestos a trabajar sobre ellas.

Y si alguien ve un problema, que ayude a buscar la solución.
 
Se dice que en computación, el límite es la imaginación del ser humano. Hagamos que en el resto de los sectores, también ése sea el límite.