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Jueves, 28 Enero 2010 13:04

Nuevas propensiones luego de la crisis. (A propósito del transporte aéreo y el turismo)

por Luis Alejandro Rizzi
desde Buenos Aires

“…Asimismo, los cambios demográficos, conductuales y tecnológicos vinculados con el colapso de la demanda global, combinados con la sobrecapacidad continua en varias industrias, están desafiando las presunciones básicas acerca de una incipiente recuperación….”
Klaus Schwab

La Real Academia define la palabra propender como: “Dicho de una persona: Inclinarse por naturaleza, por afición o por otro motivo, hacia algo en particular.

Reconozco que empecé a tomarle cariño a esta palabra luego de haber leído a Keynes debido a la importancia que le adjudica a la “propensión de la gente”, sea al gasto o al ahorro.

Esta crisis que estamos sufriendo, digo sufriendo porque esta lejos de haber terminado y por otra parte esta crisis no es solo económica o financiera, es mucho mas profunda, ya que está impactando en las “propensiones” de las personas y de esta verdadera “cuestión” tengo la sensación que nadie se ocupa. Esta crisis ya ingresó en la etapa “filosofica”.

Veamos estos pocos datos:

Según estadísticas confiables los niveles de pobreza e indigencia de la población mundial serían de 2.500 y 1000 millones de personas respectivamente, es decir el 55% de la población total.

En los EE.UU. la tasa de desempleo creció del 5 al 10 por ciento entre 2008 y fin de 2009, pero lo mas graves es que la población menor a 25 años registra un desempleo de casi el 27% y la población negra del 16%; si agregamos la población que trabaja forzosamente solo media jornada la desocupación llegaría al 17%.

La economía española podría causar un desastre en la UNION EUROPEA y hasta podría provocar deserciones en el universo del “€”, la desocupación en este país está arañando el 20%.

CHINA está congelando su economía para prevenir posibles brotes inflacionarios y esta política que aparece como racional y lógica, en tiempos de crisis genera temores, porque tenemos la idea que de la crisis nos tiene que sacar alguien en vez de pensar que de la crisis tenemos que salir nosotros.

Quienes analizan la crisis desde la economía creen ver indicios de recuperación pero pocos se hacen ecos de los obstáculos que la propia economía opone.

Si bien el FMI estima un crecimiento de la economía del 3% lo cierto es que se trata de un pronóstico audaz ya que como piensan muchos especialistas hay obstáculos muy fuertes tales como crecientes déficits fiscales, incremento de deuda pública, políticas proteccionistas y lo fundamental para mi restricción crediticia dudas sobre el sistema financiero mundial y sobre todo reticencias para crear nuevas formulas de cooperación.

Sin embargo lo que poco se advierte es como hay una “globalización oculta” por usar una palabra de Eduardo Mallea, que va insinuando un cambio radical en las “propensiones” de la gente.

Andy Robinson es un corresponsal viajero de “LA VANGUARDIA”, un observador muy sagaz de la realidad y días pasados escribía “Pero la recesión puede estar cambiando esto. Se ha producido una fuerte contracción del consumo -un 7%- en el último año y medio. A la vez, la recesión destruye horas de trabajo y reduce jornadas laborales. Según un sondeo de The New York Times y la CBS, casi la mitad de los estadounidenses ya pasan menos tiempo comprando bienes no esenciales que antes de la recesión. Es más, al abandonar el centro comercial parecen disfrutar de una vida más social. La mayoría de las 855 personas consultadas el mes pasado sobre el cambio de sus horas de trabajo, ocio y actividades desde el inicio de la recesión dijo que pasa más tiempo con la familia y amigos, más tiempo haciendo trabajos de jardinería, cocinando, leyendo... Sube también el consumo de televisión. Al mismo tiempo hay indicios de que la caída del consumo coincide con más actividades culturales. Un 5% más de gente va al cine desde el inicio de la recesión -según otros sondeos- y las visitas a los grandes museos de arte como el MoMA de Nueva York o el Instituto de Arte de Chicago han subido por primera vez desde el 2002. Las encuestas anuales sobre el tiempo libre de la Oficina de Estadísticas Laborales coinciden en que la gente dedica menos tiempo a consumir y más a "la cocina" o "actividades organizativas, cívicas y religiosas".

Entre los consumos que se reducen figuran los gastos en transporte aéreo y turismo. Esta “propensión” es consecuencia del temor al futuro ya que pienso que todos somos conscientes que esta forma de vida no da para mas, pero al mismo tiempo nos causa temor lo que vendrá como todo lo nuevo.
Lo viejo jamás asusta, lo nuevo siempre provoca temor.

Por ello los políticos demagogos e incapaces creen que dominando la historia dominan su propio futuro y algo de razón tienen.

Las líneas aéreas han perdido mas de u$s 10.000 millones durante 2009, perderán según lo dijo con grosera presicion u$s 5.600 millones este año, pero no ponderan las “propensiones” de la gente ni tienen en cuenta que la oferta sigue superando a la demanda, lo que a esta altura de la vida es mas un síntoma de idiotez que de ineficiencia.

Los miles de miles de millas de los “frequent flyers”  se han comenzado a reducir de modo diría “geométrico”, las empresas como suele ocurrir con los maridos engañados, han sido las ultimas en enterarse que mas del 75% de los viajes de sus ejecutivos respondían a esa especie de narcisismo que nos hace creer que nuestra importancia depende de una “business” o de un “Hilton” o de poder contratar a prostitutas de altísimo precio.

Esos lujos por darles un nombre nos abrían la puerta de la “wikipedia” de los famosos que además deslumbraban repitiendo los resúmenes de esa suerte de repertorio concentrado del conocimiento global.
También es lógico pensar que estas nuevas “propensiones” impactarán en el gasto turístico, porque en épocas de “crisis” en las que no se sabe si abren la puerta a la oportunidad o al peligro, el gasto “turístico” es un consumo que se agota con el lapso de estadía. Es un gasto descartable.

La compra de un bien siempre es una inversión aunque se compre algo inútil, el gasto en turismo solo nos deja “recuerdos” pero estos no tienen valor económico ni comercial. En una situación de desempleo o de insuficiencia de ingresos el “recuerdo” no se puede vender, las cosas, si.

En el turismo se va a dar una suerte de “sustitución de destinos” los más lejanos por los más cercanos y lo más caros por los más económicos.

En Argentina parecería que esta temporada 2009/10 ha tenido esta tendencia según los primeros números que arrojan las visitas a las costas del Atlántico. Mar del Plata ha superado el millón de turistas, número que creo no se lograba desde hace varios años.

No quiero que se me mal interprete. Turismo habrá siempre, lo que creo que variará será su forma y su volumen.

Si en el mundo hay  3.500 millones de pobres o indigentes, casi el 55% de la población de lo que tomamos conciencia real como consecuencia de esta crisis, pensar que crecerá el transporte aéreo o el turismo es no tener sentido de la realidad.

En lo inmediato tampoco la industria del turismo es una alternativa para los cadenciados ya que previo necesitan salud y educación.

Muchos estudiosos dicen que la “gran depresión” trajo la cultura de la frugalidad, creo que también habría que computar las consecuencias de la segunda guerra. El sufrimiento económico y el sufrimiento por los millones de muertos, despertó los deseos de disfrutar de una vida más hedonista y el turismo se favoreció y favoreció el crecimiento impensado de esta actividad.

Otro aspecto de esta cultura de la frugalidad fue el “consumismo”, que tuve el dudoso mérito de darle valor a lo inservible, como lo canto alguna vez Piero en su versión de “los americanos”.

Esta crisis creo que nos llevará a la cultura de la moderación ya que se nos hizo carne esta idea propia del sentido común que nos dice que no hay recursos ilimitados y que el gasto debe tener un límite.
El turismo deberá “subir” a esta nueva “altura del tiempo”.

Los servicios turísticos deberán pensarse en función del “ocio”. El descanso no se ponderará solamente pensando en una recuperación física sino en una recreación espiritual, lo que no quiere decir que deberemos estar contemplando durante horas un icono religioso o un escenario bucólico.

Para todos los que estamos en esto, el desafió que tenemos que superar es groseramente desmesurado. Creo que estamos en inferioridad de condiciones, pero como dijo el Cid de Corneille, “Tu brazo no habrá sido vencido, mas no es invencible”