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Martes, 12 Mayo 2009 20:23

No todo está perdido y además, tengo un Dios aparte...

Los tiempos modernos nos han hecho cambiar a todos, las costumbres, los ritmos y entonces, sobrevienen los problemas, los olvidos; el estrés es directo enemigo de la atención y la memoria y entonces, a seres como nosotros, que normalmente somos dispersos, olvidadizos, nos pasan cosas que a los demás, les pueden parecer insólitas o poco creibles.


Una vez, era verano, todavía fumaba cigarrillos y había encendido uno; caminando en short y ojotas llegué a la puerta del parking donde guardaba el auto y recién ahí, me di cuenta que no lo había llevado...al auto.

Otra vez, había ido al supermercado a la vuelta de casa, esta vez en un auto nuevo, flamante; hice la compra y de regreso, me detuve en el quiosco a comprar el diario; salí leyendo las noticias y me fui caminando para casa. Vivía en un séptimo piso sobre una avenida y mirando desde el ventanal, no vi el auto estacionado abajo y entonces pensé "lo dejé en el Disco" y allá fui a buscarlo y obviamente, no lo encontré y me desesperé, "me lo robaron" dije con bronca.

Al rato comencé a reírme, cuando recordé que estaba en la puerta del quiosco.

Volver del trabajo en taxi, dejando el auto olvidado, más de una vez (ahí la disculpa es que a veces no lo llevaba).

En el último Festival de Turismo de Gramado, el primer día, perdí el celular, al día siguiente, cuando subí a un taxi para ir al Serra Park (predio ferial), el taxista me saludó y me preguntó: ¿usted ayer no perdió un teléfono celular?...lo había encontrado y dejado en la secretaría del evento...

Paraguas, encendedores, lapiceras, bufandas, guantes y todo aquello que no se puede llevar puesto, he perdido a lo largo de mi vida, en cantidades alarmantes.

Actualmente, por prescripción médica estoy yendo a hacer gimnasia varias veces a la semana.

Un día de la semana pasada, estacioné a la vuelta del instituto y cuando fui a buscar el bolso en el maletero, no estaba, lo había dejado en casa...

Pero lo de ayer no tiene nombre.

Desde 8 de Octubre y Garibaldi, tomé un taxi hasta Bulevar Artigas y Palmar. Puse el bolso en el asiento trasero y me senté adelante, a un lado del taxista, con la laptop en mi falda.

Llegué a destino hablando por celular (me llamaron), pagué y descendí, crucé la avenida y cuando entraba al Centro, me di cuenta que no tenía el bolso...

No tenía la menor idea de cual era la compañía a la que pertenecía el móvil y entonces, empecé a llamar por teléfono, decidido a hacerlo con todas.

Con la primera no hubo suerte, en la segunda llamada, créase o no, apareció el bolso "dígame donde está señor, enseguida se lo alcanzan" dijo la operadora de Celeritas, "es el móvil 99".

Y vino nomás el 99, con Daniel Techera al volante, "un muchacho que subió me dijo -mirá que se olvidaron de un bolso- y yo volví a la esquina en la que te dejé, pero no te vi".

Si, hoy voy a jugar al Cinco de Oro...

SAH

Se llama Daniel Techera, conduce el móvil 99 de Celeritas, es un ejemplo a imitar; nos trajo el bolso extraviado, con todas las pertenencias. "Tal vez encuentres medio revuelto todo pero busqué una agenda o algo en lo que pudiera encontrar un número para llamarte; había oído cuando hablabas por teléfono que te ibas para afuera"